PROCESO
Recolecta y procesado de materiales
El uso de materiales locales recolectados por mi misma contribuye a la sostenibilidad del proceso creativo, pero por encima de todo me permite crear piezas únicas que representan el paisaje que las creó. Mis estudios en Geografía y Cartografía han sido cruciales en este aspecto. En primer lugar, la voluntad de reducir la huella de carbono de mi trabajo pasa por dejar de contribuir a la industria minera extractiva intensiva, una de las más agresivas con el medio ambiente. Estos materiales no solo son extirpados del paisaje, sino que además suelen viajar cientos de kilómetros hasta llegar al mercado. El conocimiento adquirido durante mi carrera como geógrafa (ciencia del suelo, ecología y gestión del paisaje) es muy útil para reconocer y recolectar esos materiales de forma respetuosa con el medio ambiente. El suelo es un recurso limitado que debe ser preservado, por lo que cuando recolecto arcilla me aseguro que el impacto es mínimo (pequeñas cantidades, bajo riesgo de erosión e impacto ecológico).
Arcilla terracota salvaje del Bosque Malhivern. El bosque Malhivern está ubicado en La Garriga, Barcelona (donde vivo). Este bosque de encina se asienta sobre un suelo arcilloso , barro rojo originado durante a época del Mioceno ( hace 10 millones de años) . Fue utilizado durante el último siglo para producir ladrillos para la construcción, de ahí la existencia de una fábrica abandonada llamada Bòbila de Sant Font. La plasticidad de la arcilla Malhivern me permite trabajarla tanto en el torno alfarero como para escultura. Después de quemar el barro a distintas temperaturas pude determinar que es una arcilla de baja temperatura (terracota) que cristaliza a 1050ºC.
Una vez recolectados, estudio las propiedades fisicoquímicas de los materiales para poder incorporarlos a mi trabajo. El uso de arcilla viene acompañado por el empleo de ceniza de madera y rocas para crear esmaltes. Con el fin de obtener estos otros materiales recolecto madera de distintas especies vegetales (pino, encina,...) y la quemo en una estufa o bien la obtengo como residuo de negocios locales (talleres de carpintería, por ejemplo.). Cada planta contiene los minerales que ha ido absorbiendo a lo largo de su vida, por lo que cada especie ofrece una mezcla de elementos única como calcio, sodio o potasio. Finalmente, recolecto también distintos minerales en forma de roca como el granito, para luego romperlo en el mortero de forma manual hasta obtener un fino polvo.
Arcilla refractaria salvaje de Terra Alta sin tamizar quemada a 1300 ºC en atmósfera reductora.
Ceniza de madera de abeto mezclada con agua. Esta ceniza la obtuve de un negocio local de carpintería donde queman los restos de madera en una estufa para calentar la nave donde trabajan.
Granito rosa recolectado en una playa de la Costa Brava (Girona). El granito contiene hasta tres minerales: cuarzo, feldespato y mica.
Mezcla lineal de granito rosa de la Costa Brava y ceniza de madera de abeto. Al mezclar esos elementos y quemarlos a 1300ºC en atmósfera reductora obtengo este esmalte verde pálido.
Creando la pieza
Creo cerámica funcional y escultórica. El primero se basa principalmente en vajillas, teteras y otros objetos funcionales. La mayoría de las vasijas se hacen en el torno alfarero, pero también trabajo con técnicas más manuales como el kuriuki o la técnica de hurdido. Por tanto, cada pieza es única; ligeras diferencias que resaltan la artesanía que hay detrás.
Proceso de esculpido de un cormorán. Tras trabajar en la forma y textura de la escultura, hice un molde de yeso con el que producir varias copias para una serie limitada.
Arcilla refractaria salvaje de Terra Alta (Tarragona). Después de poner en remojo la arcilla, la tamicé para quitar piedras y raíces. Una vez amasada la pude tornear para crear un jarrón que posteriormente retorneé para conseguir la forma y textura final.
Esmaltado y cocción
Cada pieza se cuece por lo menos una vez, una primera a 1.000 ºC durante 10 horas (cocción de bizcochado), y una segunda cocción a 1300 ºC (cocción de esmalte) que dura 10-11 horas. La cocción de bizcocho es un proceso irreversible por la cual la arcilla se convierte en un material cerámico. En esta etapa la pieza aún presenta cierta porosidad que permite esmaltar su superficie. Todos los esmaltes son de desarrollo propio y están hechos con materiales locales (ceniza de madera, arcilla y rocas).
Una vez seco el esmalte, quemo la pieza en un horno manual de gas durante 10 o 11 horas. Esta última cocción se realiza en atmósfera reductora hasta los 1300 ºC. Cerrando la chimenea y privando al horno de oxígeno, se unen las llamas con los óxidos presentes en el esmalte. Este tipo de cocción permite obtener ciertos cambios de color y texturas. Actualmente también estoy explorando las posibilidades de las cocciones con madera para decorar con efectos de humo las arcillas de baja temperatura.
Piezas modernistas de arcilla terracota del bosque Malhivern. Esta colección está inspirada en la arquitectura modernista catalana de principios del siglo XX, ejemplos de la cual se pueden encontrar en La Garriga (de donde viene el barro). Al ser una arcilla de baja temperatura la quemé a 1050ºC en un horno de gas manual durante 9 horas para posteriormente quemarla en un fuego abierto de madera de pino para decorar las piezas con el humo.
Jarrón de arcilla refractaria esmaltado con arcilla salvaje del río Congost (La Garriga) y ceniza de madera de abeto. Quemado en reducción a 1300 ºC durante 11 horas en un horno de gas manual.
Escultura de cormorán esmaltada con ceniza de madera de abeto. Quemado en reducción a 1300 ºC durante 11 horas en un horno de gas manual.
Si quieres saber más sobre el proceso detrás de cada obra puedes seguir mi diario de cerámica en Instagram, donde comparto imágenes e ideas.